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martes, 6 de octubre de 2015
A seis años de la bomba que mató a Miriam Mazzeo, familia y compañeros reclamaron respuestas. (Fuente: Teledoce, 05/10/2015)
En 2009, Mazzeo recibió un paquete en la puerta de su casa y el artefacto la mató en el acto. Sin embargo, el caso sigue sin aclararse.
A seis años de la muerte de Miriam Mazzeo por un atentado con una bomba en su casa en el Buceo, sus compañeros de trabajo reclamaron que la Policía y la Justicia aclaren el caso. Las sospechas principales recayeron en el entorno laboral, pero el asesinato nunca se aclaró.
Mazzeo trabajaba en el Instituto Superior de Educación Física y había ingresado para trabajar en el ingreso del ISEF a la Udelar. Sus compañeros en el instituto acompañaron a su familia durante los seis años que han transcurrido. La directora del ISEF Paula Dogliotti y la exdirectora Cecilia Ruegger hablaron en conferencia en el aniversario, y sus compañeros leyeron una proclama en que recordaron los hechos y advirtieron que algunos funcionarios fueron amenazados.
Su esposo Carlos Díaz y su hijo Andrés estuvieron en la conferencia, y Díaz agradeció a todos si bien apenas pudo hablar.
El caso se retrotrae al 3 de octubre de 2009, un sábado. Mazzeo había recibido un paquete en la puerta de su casa en la calle Plutarco, a pocos metros de Bulevar Batlle y Ordóñez. La bomba voló varias paredes de la casa, la mató en el instante y también hirió a un amigo de su hijo que se había quedado a dormir.
El crimen generó conmoción fuerte por lo atípico, y aun así nunca se respondió a las preguntas de manera concreta. La jueza Graciela Eustacchio consideró que no había pruebas concretas.
Vuelven a buscar al autor de la bomba. (Fuente: El País, 05/04/2015)
Andrés había invitado a Facundo a dormir a su casa ese viernes 2 de octubre. El sábado, al levantarse, Facundo se había quedado en el dormitorio jugando al play station y él había ido a clase de inglés en un instituto que quedaba a dos cuadras y media de su casa.
Desde el aula sintió "clarito" un ruido fuerte, atípico, como el de una explosión. Con la profesora salieron a la calle a ver qué había sido.
"Al principio no sabía bien de dónde era. Un vecino de al lado del inglés le dijo a la profesora que le parecía que era en la calle Plutarco. Pensé pah, mi casa. En eso llega un alumno, cuando yo me estoy yendo, y dice sí, fue en Plutarco, a pocas cuadras de Propios.
Ahí me dio nervios, chucho. Arranqué para casa. Cuando llegué a la esquina vi ambulancia, bomberos, la cuadra cortada, lleno de gente. Lo primero que hice fue tirar todo e intentar meterme corriendo en mi casa, pero me agarraron entre vecinos y bomberos. Me cruzaron a la casa de la vecina de enfrente, no me dejaban ni ver. No me decían nada. Solo me preguntaban quién estaba en mi casa, si había alguien arreglando algo, y yo les decía que no, que solo mamá y Facundo. Me dijeron que tenía que avisarle a mi padre. Lo llamé, no sabía ni qué decirle. Me decían tranquilizate, pero no me podía tranquilizar. Un poco disimulado le dije algo grave le pasó a mamá. Vino al toque. Ahí lo vi, nos quedamos juntos, y al rato nos dijeron".
Pasaron cinco años y medio. Andrés ya es un hombre de 19 años, que puede recordar y describir los hechos del día en que mataron a su madre y hacerlo como si fuera un relator externo, sin lágrimas, sin gestos de dolor, sin inflexiones que lo dejen más expuesto de lo que quedó después de que una bomba detonara su vida.
Carlos, su padre, escucha con la cabeza baja. A él sí le cuesta cada palabra. En el momento que supo que su esposa había sido asesinada entró en shock, le bajó el azúcar y casi se desmayó. Pero al día siguiente pudo entrar a su casa y recorrerla. Le dijeron que Miriam había atendido a un empleado de Agencia Central, que había recibido un paquete a su nombre y con su dirección, que el paquete era muy pesado y por eso el hombre debió ayudarla a cargarlo hasta la puerta. Le contaron que ella lo movió dos metros hasta el sillón del living, y que allí lo abrió. Alguien le iba señalando, entre las cenizas, "acá pasó esto, acá pasó esto otro". Por eso él nunca más pudo volver a pisar la calle Plutarco. "Tengo esas fotos en la cabeza. Cierro los ojos y las veo".
El caso de la bomba que estalló en Buceo el 3 de octubre de 2009, que terminó con la vida de Miriam Mazzeo (49) y que hirió a Facundo Quiroga (hoy de 19), sigue siendo un enigma y permanece impune. Sin embargo, el expediente no está archivado. Por el contrario, en el último tiempo se agregaron páginas con nuevas actuaciones. En la sede del juzgado de 8° Turno dijeron a El País que no es posible consultarlo porque lleva el rótulo de "reservado".
El subcomisario Raúl Pírez, que forma parte de la Dirección General de Información de Inteligencia del Ministerio del Interior, integra una unidad especializada en esclarecer delitos complejos. A mediados de 2014 se le encomendó, junto a otros policías, la difícil tarea de encontrar un culpable de la muerte de Mazzeo.
El 11 de agosto sonó el teléfono en la nueva casa de Carlos Díaz y su hijo Andrés. Les dijeron que tenían que presentarse en el juzgado y ellos pensaron que por fin había alguna noticia. En todos estos años solo habían esperado una llamada como esa. Pero cuando fueron se encontraron con que, en realidad, los habían citado para tomarles declaraciones una vez más.
Así como a ellos, los policías de la unidad de delitos no aclarados llamaron a declarar a todos los involucrados en el caso Mazzeo. Sus familiares aseguraron a El País que la indagatoria fue dura, insistente. "Nos trataron como si fuéramos delincuentes. Te repetían varias preguntas como para que les dijeras sí, tenés razón. Querían que inventáramos cosas, no sé. Al compañero de él (Facundo), que también lo citaron, le hicieron pasar un mal momento", relató Díaz.
Las declaraciones fueron registradas por una perito semióloga que trabaja para la Policía. Su tarea consiste en analizar los discursos de los indagados como estructuras sintácticas y gramaticales, estudiar la comunicación verbal y prestar atención a los elementos no verbales que acompañan el relato: los gestos, la ropa, los accesorios, el peinado, entre otros.
El subcomisario Pírez informó a El País que la perito ya analizó las indagatorias y que hace 15 días entregó un informe con sus conclusiones. Cuando la jueza penal Graciela Eustachio regrese de su viaje, se reunirá con ellos, el fiscal y otros actores de la investigación para discutir el contenido del documento, dijo Pírez. Se espera que de allí surjan "dos o tres" principales sospechosos sobre los que volver a insistir. "Hay que poner todo sobre la mesa, con los distintos puntos de vista", explicó. Agregó que luego de esa instancia, ya con más elementos e hipótesis, "habrá que reindagar a todos".
Aunque parezca extraño, cinco años después "quedan unas cuantas cosas por hacer". "Nosotros recién agarramos el caso", justificó Pírez. Igual, es cauto cuando se le pregunta si tiene esperanzas de aclararlo: "Depende de que las personas hablen o no". Agregó que la Policía Técnica ahora cuenta con herramientas que no había en 2010 y las aplicará. De todas formas, quienes están a cargo del caso son conscientes de que la dificultad mayor será reunir las pruebas para demostrar una eventual culpabilidad.
Quién y por qué.
En los primeros pasos de la investigación trabajaron la Comisaría 11ª, el Departamento de Investigación de Siniestros de Bomberos, la Policía Técnica, el Servicio de Material y Armamento del Ejército, la Dirección Nacional de Información e Inteligencia y la División Homicidios de la Jefatura de Policía. Finalmente el caso quedó en manos de Homicidios, una unidad de la Dirección de Investigaciones que continuó actuando a las órdenes de Eustachio y que luego recibió aportes de Delitos Complejos. Los investigadores decían en aquel entonces que no se había visto un crimen semejante en la historia del país.
El personal de Homicidios manejó dos hipótesis principales. Primero, que Miriam Mazzeo había sido asesinada por un conflicto familiar. Su padre había formado dos familias paralelas y ella era fruto de una relación extramatrimonial. Cuando él murió, Miriam inició el trámite judicial para llevar su apellido porque sentía que era una deuda pendiente. En el juzgado conoció a su media hermana, dos años mayor, también llamada Miriam.
La Policía manejó la posibilidad de que existiera un posible móvil vinculado a una herencia que el padre hubiera dejado, pero más tarde lo descartó. Carlos y Andrés no conocen a la mujer, nunca hablaron con ella. Miriam, su esposo y su hijo no recibieron ningún dinero de don Mazzeo.
La otra línea de investigación se orientó al entorno laboral de la víctima, que era funcionaria del Instituto de Educación Física Superior (ISEF). Algunos meses antes de morir había ascendido por concurso a la dirección de Recursos Humanos del instituto. Eso motivó el "roce", según su marido, con un funcionario que estaba "celoso" y que la había amenazado. Se dijo que el hombre era retirado militar, lo que podía explicar que tuviera los conocimientos para armar una bomba.
Desde Homicidios le dijeron a Carlos Díaz que esa persona —cuyo nombre desconoce— era el principal sospechoso, pero que la jueza no tenía suficientes pruebas como para declararlo culpable. Y eso fue lo último que supo, hace años ya.
Carlos y Andrés se quejan de que desde que el caso cambió de manos no supieron más nada, pese a que varias veces intentaron comunicarse con los investigadores por teléfono y mensajes de texto. Sospechan que están ocultando algo o a "alguien grande". "Si no, ¿por qué no me atienden y me dicen que sigue todo igual?", se pregunta Andrés.
La vida cambió radicalmente para ellos, también económicamente. La bomba destruyó la casa y casi todos los muebles. En cuestión de meses les robaron todo lo que había de valor allí, y Carlos ni intentó frenarlo. "Ya había perdido demasiado como para preocuparme por unas rejas", dice hoy. Solamente el colegio Monseñor Isasa, al que iba Andrés, hizo una colecta para ayudarlos. Nadie más.
Ahora alquilan un apartamento muy sencillo en Parque Batlle. Cuando los vecinos pasan por la puerta, saludan, preguntan especialmente cómo está Carlos y si hay alguna novedad del caso. "Vamo arriba", dice uno. "Fuerza", pide otro.
"Quiero entender quién y por qué. Es inentendible. Y también que la persona que fue, pague. No sé si me la cruzo todos los días, no sé si está en otro país disfrutando lo más tranquilo", dice Andrés, y luego habla Carlos: "Es difícil vivir así. La gente no se da cuenta de que nos cuesta. No todos los días estamos pensando, pero pasamos mucho tiempo que no dormíamos pensando. Hasta hoy, ya ves, seguimos insistiendo a ver si alguien nos da una mano, a ver si a alguien le toca el corazón y dice bo, vamos a seguir con esta gente a ver si le resolvemos el caso. Y también para que ella viva en paz. Estoy seguro que ella está deseando que nosotros sepamos qué fue lo que pasó".
Enigma de la calle Plutarco continúa (Fuente: El País, 2013)
Pasaron cuatro años y el caso de la bomba en la calle Plutarco, Buceo, continúa siendo un enigma sin solución. Hasta ahora la Policía no ha logrado reunir evidencias o identificar claramente al autor del atentado criminal.
Carlos Alberto Díaz, el esposo de la víctima, volvió a encabezar la marcha que partió de la explanada de la Universidad hasta la Jefatura de Policía. Díaz pidió una entrevista con el jefe de Policía, Mario Layera, para reclamarle el esclarecimiento del caso.
"No tenemos información de nada nuevo que haya sucedido", declaró el propio Díaz luego de la reunión con el comando policial.
Su esposa Miriam Mazzeo, funcionaria del Instituto Superior de Educación Física, murió en forma instantánea al recibir un misterioso paquete que contenía una bomba de fabricación casera. La explosión provocó, además de su deceso, graves quemaduras a un amigo de su hijo que se hallaba en la casa en ese momento, así como severos daños materiales a la vivienda.
Las sospechas de los investigadores policiales se ciñeron al entorno laboral, pero nunca pudieron probar la participación del sospechoso principal en el caso.
http://www.elpais.com.uy/informacion/enigma-calle-plutarco-continua.html
"Si no fuera por mi hijo, yo no estaría acá" (Fuente: El observador, 20/01/2012)
Quedó viudo luego de que una mujer recibiera una bomba en su casa del Buceo.
El 3 de octubre de 2009, en el barrio del Buceo se escribió un capítulo inédito en la historia criminológica uruguaya cuando Miriam Mazzeo, de 49 años, murió al estallar un paquete bomba que recibió en su domicilio. A más de de dos años del hecho, el caso sigue sin resolverse.
“Lo único que quiero es que se aclare qué pasó, que se sepa quién fue el monstruo que hizo esto. Al principio pensamos que fue un error, pero el paquete venía a nombre de ella”, señala Carlos Díaz, viudo de la fallecida.
Díaz indica que trataron de contactarse con la Justicia y no obtuvieron resultados, y que hasta fueron a hablar en dos ocasiones con el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, pero“parecía que estaba pintado” y que “no sabía de lo que se estaba hablando”.
“Mientras la Justicia va a descansar, mi hijo me sigue preguntando ‘¿qué pasó con lo de mamá?’ y yo no sé qué contestarle”, agrega Díaz, con el dolor todavía inscrito en su rostro. Poco después del mediodía de ese sábado de primavera de 2009, Miriam Mazzeo se encontraba en su casa junto a Facundo, de 14 años, un amigo de su hijo, quien estaba en clase de inglés. Su marido se encontraba trabajando. Sonó el timbre, ella abrió la puerta y un cadete le entregó un paquete con el remitente de una cooperativa de plaza. Ni bien lo abrió, la garrafa de tres kilos que contenía explotó. Destruyó gran parte de la casa y acabó con su vida en el acto. El joven, que se encontraba en la habitación del hijo de la mujer, presentó quemaduras de gravedad en el cuerpo, fracturas y contusión pulmonar, de acuerdo a El Observador de aquella fecha. Según Díaz, el joven se encuentra bien en la actualidad, aunque perdió falanges de dos dedos de la mano. La policía comenzó a manejar dos hipótesis. La primera apuntaba al círculo laboral de la fallecida en el Instituto Superior de Educación Física de la Udelar (ISEF), donde Mazzeo se desempeñaba como directora de Recursos Humanos. Según establece Díaz, se indicaron dos sospechosos con los que su mujer habría tenido diferencias. La segunda hipótesis apuntaba a la relación entre Miriam Mazzeo y su media hermana –también llamada Miriam– con respecto a la herencia del padre de ambas, muerto el mismo día que Mazzeo, pero con un año de anterioridad. Después de tres años de batalla judicial, la fallecida consiguió el apellido de su padre, apenas un mes antes de que se produjera el atentado. El viudo de Mazzeo niega rotundamente que hubiera una herencia millonaria de por medio, como indicó parte de la prensa en aquel momento, pero piensa que la Policía descartó muy rápidamente la hipótesis de la hermana.
Díaz ya no pasa por la casa de la calle Plutarco, que aún mantiene su fachada en ruinas. “Es bravísimo, pero gracias a Dios estamos rodeados de buena gente. Yo le digo a mi hijo, ‘mamá era una luchadora, no nos podemos caer nosotros’”, sostiene. En el salón de su apartamento en Parque Batlle no hay fotos de la mujer que conoció en un baile y compartió su vida durante 20 años. Sí las hay de su hijo, de 16, vestido con la camiseta de Miramar Misiones.“Si no fuera por él yo no estaba acá”, dice soltando por fin las lágrimas que afloraron en sus ojos durante toda la entrevista.
http://www.elobservador.com.uy/si-no-fuera-mi-hijo-yo-no-estaria-aca-n217328
Movilización “a dos años del impune asesinato de Miriam Mazzeo Soto" (Fuente: Sociedad uruguaya, 06/04/2006)
Con motivo de cumplirse el Lunes 3 de octubre, dos años del cobarde y aún impune atentado bomba que terminó con la vida de nuestra querida compañera Miriam Mazzeo Soto y lastimó seriamente al joven Facundo Quiroga, amigo de su hijo, concurriremos una vez mas a Jefatura de Policía de Montevideo a las 11 horas, para solicitar a las autoridades correspondientes el informe actualizado.
Hasta la fecha, no se ha resuelto el crimen, por lo cual seguiremos reclamando por Verdad y Justicia y solicitamos la mayor difusión y apoyo.
A las 14 horas la Comisión de Derechos Humanos de A.F.F.U.R – Central realizará un Taller en el Instituto Superior de Educación Física (Parque Batlle s/n, entre la Pista de Atletismo y el Estadio Centenario, entrada por calle Ramón Benzano)
Miriam era funcionaria de la Universidad de la República, había trabajado en el Hospital de Clínicas y en Oficinas Centrales y a la fecha de su asesinato era Directora de Departamento del Instituto Superior de Educación Física.
CONVOCAN:
A.F.F.U.R.-CENTRAL
A.F.F.U.R.-I.S.E.F.
http://www.sociedaduruguaya.org/2011/09/movilizacion-%E2%80%9Ca-dos-anos-del-impune-asesinato-de-miriam-mazzeo-soto%E2%80%9D.html
Buceo: explosión sin resolver. (Fuente: Espectador, 06/10/2009)
La Policía continúa investigando el caso de la vivienda en la zona del Buceo, donde estalló un explosivo el sábado. En tanto, Facundo Quiroga, amigo del hijo de la fallecida, continúa internado en el Centro Nacional de Quemados.
El comando de la Jefatura de Policía de Montevideo se reunió este martes para unificar criterios en cuanto a la investigación que se lleva adelante en torno al caso de la explosión en Buceo.
Fuentes policiales informaron que las dependencias que realizaban las indagatorias fueron adoptando distintas conclusiones sin llegar a un resultado o resolución en conjunto. Es por esto que las autoridades entendieron pertinente que la División Homicidios guiará la investigación, apoyados por otras dependencias de la jefatura. Al momento no hay detenidos.
Si bien hay muchas hipótesis en torno a este caso, hubo dos que se contemplaron en las últimas horas. Una es la pelea por una herencia millonaria y, la otra, un mensaje que habría partido de la caja explosiva diciendo: “El Clínicas no perdona”.
El padre de Miriam Mazzeo Soto nunca reconoció a su hija, quien se mantuvo oculta. En los últimos días de vida de Luís Mazzeo, Miriam rompió el silencio, diciendo que era su hija y eso disgustó a algunas personas.
Esto llevó a que se hablara de una herencia, cuando en realidad la recientemente fallecida luchaba por tener el apellido de su padre. Además, según los familiares paternos, no habría dos millones y medio de dólares como se manejó en una primera instancia.
Por otro lado, personal de Bomberos afirmó que se encontraron dentro del recinto alguno papeles con la inscripción: “El Clínicas no perdona”. Si bien se investigó esta teoría, también se evaluó la posibilidad de que fuera una manera de despistar a la Policía.
El dirigente gremial del Hospital de Clínicas Alfredo Alemán dijo que la mujer trabajó en la institución, pero ya hace más de 15 años que no ejerce. “Condenamos también este acto porque es un acto que se llevó la vida de una trabajadora y afecta al futuro de un niño. Tal vez el móvil sea otro y reducirlo a un problema institucional creo que no se debe. Debe haber otros móviles atrás y los ocultan con otras cosas”, señaló.
Estas y otras hipótesis son estudiadas e investigadas, la Policía no descarta ninguna.
Entre tanto, el joven de 14 años Facundo Quiroga, quien se encontraba en la vivienda cuando estalló el explosivo, aún se encuentra estable en el Centro Nacional de Quemados.
Según el último parte médico, tiene algunas fracturas, no tiene infecciones y evoluciona de acuerdo a lo esperado por el equipo médico.
Un cuarto del cuerpo del joven presenta quemaduras, siendo estas menos heridas de lo que esperaban los médicos en una primera instancia.
Según se informó en la página web del Liceo Isasa, a donde asisten Facundo Quiroga y Andrés Díaz (hijo de la fallecida Miriam Mazzeo Soto), se solicitan 20 donantes de sangre para el joven internado.
Los interesados podrán dirigirse al piso 13 del Hospital de Clínicas entre las 7 y las 12 horas y expresar que quieren donar sangre para Facundo.
En el comunicado que emite la institución educativa, la familia Quiroga hizo llegar su agradecimiento a todos los alumnos y también a las familias por las múltiples muestras de apoyo recibido.
En tanto, hasta el momento se desconoce el día y la hora del entierro de Miriam Mazzeo Soto.
Según informó uno de los vecinos, quien prefirió reservar su identidad, el entierro se pospuso debido a que la jueza del caso, Graciela Eustaquio, aguarda la llegada de un grupo internacional que va a realizar la autopsia de la fallecida. “Supuestamente, el entierro iba a ser ayer (lunes) a las cuatro de la tarde. Y hoy (martes) nos enteramos que por orden de la jueza había que dejar el cuerpo en depósito porque la iba a ver un cuerpo especial”, señaló.
El esposo y el hijo de Miriam Mazzeo Soto se encuentran aislados y acompañados por familiares y amigos.
http://www.espectador.com/sociedad/163745/buceo-explosion-sin-resolver
Van tres años del atentado bomba en Buceo y sigue impune. (Fuente: Subrayado, 03/10/2012)
Se cumplen tres años del atentado bomba contra Miriam Mazzeo. Su esposo, su hijo y sus compañeros de trabajo siguen reclamando justicia.
El 3 de octubre de 2009 en un hecho inédito en nuestro país, Miriam Mazzeo Soto recibió una encomienda en cuyo interior había una bomba. Al abrir el paquete, estalló, causándole la muerte.
A tres años del trágico episodio aún no hay pistas sobre él o los responsables de este atentado. Su familia y sus compañeros de trabajo siguen reclamando justicia.
“Ya van tres años de ausencia, dolor e impotencia. En la calle sigue caminando un individuo que mató sin escrúpulos a nuestra compañera, dejando al azar y mutilada a una familia que pide a gritos justicia”, dijo una compañera de trabajo.
Su esposo en tanto, comentó que “transcurrido tanto tiempo nos cuesta creer que no haya certeza de lo que pasó”.
Las ultimas pericias técnicas solicitadas por la justicia se hicieron el año pasado en la Facultad de Química sin arrojar resultados que aportaran a la investigación.
En la cartelera del Instituto Superior de Educación Física, donde Miriam era directora de Recursos Humanos, sus compañeros la recuerdan reclamando respuestas.
http://subrayado.com.uy/Site/noticia/17195/van-tres-anos-del-atentado-bomba-en-buceo-y-sigue-impune
Autor de atentado con bomba estaría estaría identificado en cualquier momento. (Fuente: Montevideo Portal, 04/05/2010)
Estaría identificado el principal sospechoso del atentado con bomba que mató a Miriam Mazzeo Soto. A siete meses del hecho, existen varias pistas que permiten determinarlo, aunque el magistrado solicitó una prueba de peso para que el caso quede aclarado.
El sospechoso principal del atentado con bomba que le costó la vida a Miriam Mazzeo Soto, de 49 años, estaría identificado y sólo restan algunas pruebas que solicita el juez para que quede aclarado, informa Últimas Noticias.
En el día de ayer se cumplieron siete meses del horrible hecho, cuando la fallecida recibió un paquete que le entregó un servicio de encomiendas. Al abrirlo se produjo una tremenda explosión que la lanzó varios metros, mutilándola y causando su muerte en forma instantánea.
El caso es complejo por la forma en que actuó el responsable, con sangre fría y ocultando las pistas para evitar ser descubierto. Sin embargo, algunos detalles quedaron "colgados" y eso llevaría a su pronta detención.
La policía tiene las imágenes de la cámara de seguridad del local de encomiendas que recibió el paquete en Tres Cruces. Se ve a un hombre con campera que cubría su rostro con un casco de motociclista. Según la crónica, la estatura, la forma de caminar y otros detalles permitirían determinar a un sospechoso. Pero el magistrado espera una prueba de peso.
http://www.montevideo.com.uy/auc.aspx?109033
A un mes del sangriento atentado en el Buceo. (Fuente: Últimas noticias, 04/11/2009)
Ayer se cumplió un mes del trágico atentado que destruyó una vivienda del Buceo, provocando la muerte de una mujer y graves heridas a un menor. Una bomba casera de alto poder disimulada en el interior de una caja causó la explosión que sembró el pánico en todo el barrio.
Justicia. Frente a la Jefatura, numerosas personas exigen el esclarecimiento de la muerte de Miriam Mazzeo.
Varias personas prestaron declaración y si bien hay sospechosos por el momento no existen pruebas contundentes.
Ayer funcionarios de la Universidad de la República, familiares y allegados a la víctima, Miriam Mazzeo, manifestaron por nuestra principal avenida, arribando a la Jefatura de Policía. Exigían justicia ante semejante crimen y fueron recibidos por el coordinador de la Jefatura, inspector Luis Mendoza.
Como se recordará cerca del mediodía del pasado sábado 3 de octubre, una camioneta blanca perteneciente a un correo privado llegó hasta la casa situada en Plutarco 3869 casi José Batlle y Ordóñez. El mensajero entregó un paquete a Mariam Mazzeo Soto (49) y esta lo ingresó a la vivienda. Poco después se escuchó una tremenda explosión que destruyó la finca y provocó daños en ventanas de inmuebles linderos.
Las autoridades recibieron la denuncia de lo sucedido y pronto arribaron equipos de rescate de la Dirección Nacional de Bomberos y efectivos policiales. Entre los escombros se encontraba sin vida, prácticamente mutilada, la dueña de casa y debajo de parte de la pared estaba Facundo Quiroga (14), un menor amigo del hijo de la víctima que se había quedado a pernoctar en la casa. El esposo de aquella estaba trabajando y el hijo se encontraba en una clase de inglés.
Mazzeo se desempeñaba como encargada del Instituto Superior de Educación Física (Isef) que depende de la Universidad de la República y al parecer tuvo varios problemas con una persona que trabaja en ese lugar. Sin embargo, el sospechoso fue indagado y nada se le probó.
Las pericias llevadas a cabo por expertos en explosivos del Ejército Nacional, que levantaron indicios en el lugar del hecho, indicaron que la bomba fue fabricada con una mezcla de pólvora blanca y negra, todo comprimido en el interior de una garrafa de tres kilos a la que se aplicó un detonador. El cable de este aparato fue muy adosado a una de las tapas de la caja por eso cuando la mujer abrió el paquete activó el circuito que provocó el estallido.
Los investigadores indicaron que si bien por internet existen páginas que enseñan qué materiales se emplean en la confección de un artefacto explosivo, para prepararlo se requiere mucha experiencia para evitar ser víctima de su propio invento.
Quien confeccionó esta bomba tenía amplios conocimientos en el tema y por consiguiente sabía muy bien el daño que causaría el mismo. La finalidad era terminar con toda la familia, una cruel venganza. El menor se encuentra aún en estado reservado por las graves lesiones que sufrió. Se llevaron a cabo diversos procedimientos, a cargo de la División Homicidios y se recopilaron interesantes pistas pero si bien la investigación avanza por el momento no hay pruebas de peso como para decir que se tiene al autor material del hecho. El hombre quedó filmado cuando entregó el paquete en una correo privado de la zona de Tres Cruces pero se cubría con un casco y sus facciones no se aprecian. No es una pesquisa simple pero los policías encargados de la misma tienen confianza en que llegan al esclarecimiento de este crimen.
http://www.ultimasnoticias.com.uy/hemeroteca/041109/prints/poli05.html
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