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martes, 6 de octubre de 2015

"Si no fuera por mi hijo, yo no estaría acá" (Fuente: El observador, 20/01/2012)

Quedó viudo luego de que una mujer recibiera una bomba en su casa del Buceo. El 3 de octubre de 2009, en el barrio del Buceo se escribió un capítulo inédito en la historia criminológica uruguaya cuando Miriam Mazzeo, de 49 años, murió al estallar un paquete bomba que recibió en su domicilio. A más de de dos años del hecho, el caso sigue sin resolverse. “Lo único que quiero es que se aclare qué pasó, que se sepa quién fue el monstruo que hizo esto. Al principio pensamos que fue un error, pero el paquete venía a nombre de ella”, señala Carlos Díaz, viudo de la fallecida. Díaz indica que trataron de contactarse con la Justicia y no obtuvieron resultados, y que hasta fueron a hablar en dos ocasiones con el ministro del Interior, Eduardo Bonomi, pero“parecía que estaba pintado” y que “no sabía de lo que se estaba hablando”. “Mientras la Justicia va a descansar, mi hijo me sigue preguntando ‘¿qué pasó con lo de mamá?’ y yo no sé qué contestarle”, agrega Díaz, con el dolor todavía inscrito en su rostro. Poco después del mediodía de ese sábado de primavera de 2009, Miriam Mazzeo se encontraba en su casa junto a Facundo, de 14 años, un amigo de su hijo, quien estaba en clase de inglés. Su marido se encontraba trabajando. Sonó el timbre, ella abrió la puerta y un cadete le entregó un paquete con el remitente de una cooperativa de plaza. Ni bien lo abrió, la garrafa de tres kilos que contenía explotó. Destruyó gran parte de la casa y acabó con su vida en el acto. El joven, que se encontraba en la habitación del hijo de la mujer, presentó quemaduras de gravedad en el cuerpo, fracturas y contusión pulmonar, de acuerdo a El Observador de aquella fecha. Según Díaz, el joven se encuentra bien en la actualidad, aunque perdió falanges de dos dedos de la mano. La policía comenzó a manejar dos hipótesis. La primera apuntaba al círculo laboral de la fallecida en el Instituto Superior de Educación Física de la Udelar (ISEF), donde Mazzeo se desempeñaba como directora de Recursos Humanos. Según establece Díaz, se indicaron dos sospechosos con los que su mujer habría tenido diferencias. La segunda hipótesis apuntaba a la relación entre Miriam Mazzeo y su media hermana –también llamada Miriam– con respecto a la herencia del padre de ambas, muerto el mismo día que Mazzeo, pero con un año de anterioridad. Después de tres años de batalla judicial, la fallecida consiguió el apellido de su padre, apenas un mes antes de que se produjera el atentado. El viudo de Mazzeo niega rotundamente que hubiera una herencia millonaria de por medio, como indicó parte de la prensa en aquel momento, pero piensa que la Policía descartó muy rápidamente la hipótesis de la hermana. Díaz ya no pasa por la casa de la calle Plutarco, que aún mantiene su fachada en ruinas. “Es bravísimo, pero gracias a Dios estamos rodeados de buena gente. Yo le digo a mi hijo, ‘mamá era una luchadora, no nos podemos caer nosotros’”, sostiene. En el salón de su apartamento en Parque Batlle no hay fotos de la mujer que conoció en un baile y compartió su vida durante 20 años. Sí las hay de su hijo, de 16, vestido con la camiseta de Miramar Misiones.“Si no fuera por él yo no estaba acá”, dice soltando por fin las lágrimas que afloraron en sus ojos durante toda la entrevista.
http://www.elobservador.com.uy/si-no-fuera-mi-hijo-yo-no-estaria-aca-n217328

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